Ya retirado, Adams comienza a escribir sus memorias a la vez que sufre la tragedia de perder a su hija Nabby por culpa del cáncer y a Abigail por culpa de la fiebre tiroidea. Recomendado por el Dr. Rush, Adams informa de la mala noticia a Jefferson y los dos viejos amigos y adversarios se consuelan gracias a una correspondencia que curaría viejas heridas y duraría el resto de sus vidas. El 4 de julio de 1826, tras llegar a ver a su hijo John Quincy ser presidente de la nación, John Adams muere a los 90 años en el 50º aniversario de la Declaración de Independencia y el mismo día que Jefferson. En su lecho de muerte, Adams susurra: "Thomas Jefferson todavía vive".